Hace más de dos años que sigo la actividad de divulgación que realizan distintos científicos en Estados Unidos, Canadá, algunos en Europa y unos menos en Hispanoamérica, sobre todo en temas de Agrobiotecnología y Cambio climático.
Se preguntará qué hace un científico en el papel de divulgación. Sencillamente el científico hoy en día debe convertirse en un comunicador de su trabajo en vista que durante varias décadas el área de periodismo/comunicación no pudo desarrollar de manera exitosa el área del periodismo científico.
Por este pequeño detalle hoy en día existen titulares totalmente escandalosos, llenos de mentiras y engaños y una creciente sociedad desinformada, y en cierta forma abusada por la falta de apego a la verdad en temas de ciencia que se leen constantemente o se divulgan en documentales y charlas.
Hoy, basta dar un click, y ver un documental para lamentarnos de que los osos polares se están quedando sin hielo, condolerse y protestar en nuestro muro de alguna de nuestras redes sociales, pero en la práctica ¿existe un cambio de actitud?. Más allá del documental escrito y dirigido por un fanático o un activista, que no sabe de meteorología, estadística, climatología y/o osos polares, como espectadores pasivos no movemos un dedo más en buscar más información, corroborar datos y decidir si efectivamente el documental defiende la verdad o se apega a una ideología. ¿Qué sucedería si un día se tropieza con el documento de Patrick Moore (ex-cabeza de Greenpeace) que celebra el incremento de gases de CO2?
Precisamente porque el grueso de los medios de comunicación le recuerdan constantemente de que su “huella” es la causante del cambio climático (o como lo llamaban hace algunos años: calentamiento global), por lo que el creer o no en el fenómeno es asumido como un dogma de ciencia, es que los científicos tienen que saltar al área de la comunicación, porque existen pocos periodistas serios que irán el kilómetro extra y con una sed por la verdad, indagarán más.
Por cierto y antes que lo deje angustiado sobre los osos polares… La Zoóloga S. Crockford estudia hace 35 años a estos mamíferos y como señala en una de sus notas de diciembre de 2016, reporta que el hábitat de estos es favorable e incluso uno puede revisar la información de cómo las poblaciones están creciendo. ¡Que sobreviviente más admirable del cambio climático es el oso polar!
Algo similar sucede con el tema de transgénicos, organismos genéticamente modificados, herbicidas y el “temible” glifosato. Al igual que otras personas, yo también me conformé con la desinformación de los grupos activistas y no le tomé mayor importancia al tema.
Sólo cuando inicié mi trabajo en conservación de parientes silvestres, es que tuve que revisar de manera intensiva y extensa, diversos artículos científicos, además de estar en aquel entonces en una Universidad de Estados Unidos, donde uno puede ir a consultar a los científicos cara a cara.
Fue así que dejé de ser una persona desinformada y apabullada por el miedo de los titulares amarillistas y las imágenes de photoshop (esos tomates con jeringas por ejemplo).
Constantemente escucho la queja de que los científicos no hicieron bien su trabajo y que si en un principio hubieran informado mejor, el pánico generalizado y desinformación que reina en la sociedad no sería el mismo.
Zapatero a tus zapatos, era un dicho que escuchaba muy frecuente cuando mi abuela era más jóven. Un científico es formado para hallar respuestas a hipótesis a través del método científico, no para que sea un “comunicador”. Un científico promedio en un país desarrollado, tiene que dar clases, producir estudios y publicarlos, ser mentor de tesistas y alumnos de postgrado. ¿qué tiempo le queda para divulgar ciencia?. La verdad es que es muy limitado. De ahí que a aquellos científicos que lo hacen, mis respetos.
En Bolivia, gente que trabaja en temas de comunicación, me informó que no existe en el país una carrera de periodismo. Son carreras de comunicación, donde algunos toman por especialidad el tema de periodismo. Y si enfocamos para hallar en el país un reportero científico, pues romperemos el lente. No existen.
¿Cuál es el problema sobre que no existan periodistas científicos?
Que estamos sujetos a leer los titulares escandalosos y que al parecer aseguran una buena venta de la “noticia”, con falsos datos, calumnias y otros adornos que infunden terror en la sociedad.
Tal es el caso que me sucedió recientemente. Lección aprendida dice uno, pero a la vez lamento que al parecer todo medio de comunicación TIENE SU PRECIO. No puedo generalizar sobre los comunicadores, pues mi esperanza es que existan aún algunos que sean firmes en la búsqueda y reportaje de la verdad por encima de cualquier conflicto o ideología personal.
Hace algunos días me pidieron mi opinión sobre el tema glifosato, pero nunca me indicaron sobre qué puntualmente. Expresé algunos datos y razones por las que la gente debería dejar de creer que este es el veneno más letal en el mundo. Si quiere preocuparse, cada que pase un micro o camión con esa humareda negra que luego tiene que respirar, allí sí, preocúpese.
El comunicador que manipuló mi breve opinión, tuvo el descaro de reportar una monografía como si fuera un “estudio científico”. ¡Vamos mal! Claro que si no puede ni distinguir cuál es la diferencia entre los dos tipos de documentos, menos sabrá que los estudios citados en la monografía ya han sido refutados por más de 800 publicaciones, además de agencias de seguridad en temas de biotecnología de Europa, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, Brasil y Estados Unidos.
Por un momento pensé que el medio de prensa está coludido con los grupos activistas, a los que financiamiento no les falta, sobre todo de países del primer mundo. Luego leí la nota y francamente me dió pena. El orden de la nota es confuso, la redacción carente de veracidad y para colmo, me cita mal y en un contexto muy engañoso, digno de alguien que busca desprestigiar. Si el “comunicador” hubiera tenido un poco de ética profesional, hubiera sido claro sobre el documento que reportaría, de manera que yo hubiera tenido la oportunidad, y con la VERDAD, de defender y refutar semejante reciclaje y sancocho de estudios ya desprestigiados por su carencia de rigor científico.
Pero eso usted no lo sabrá, porque tampoco es su deber estar formado en ciencia ¿O si?. No niego que sería muy útil que comprendiera lo básico para poder ampliar su conocimiento, pero una persona que trabaja 8 o más horas al día, además de sus otras múltiples ocupaciones, no está obligada a discernir aquello que lo que un periódico, canal de televisión o radio le están transmitiendo. Sería lo ideal, evidente. Ejercer el pensamiento crítico en todo momento.
No es el caso ni la realidad, y mientras existan “comunicadores”, carentes de ética profesional y que por vender, publicarán títulos escandalosos, continuará siendo un llamado a que personas que entendemos de ciencia (aunque el país nos tenga limitado ejercerla por falta de políticas que promuevan la investigación en diversas áreas), deberemos, los científicos, meter nuestra cuchara en las áreas de la comunicación y divulgación.
De pronto así lanzamos el reto para que eventualmente en el país se generen carreras de periodismo, y que estas puedan tener una especialidad en temas científicos y tecnológicos. Este será, quizás, un paso para que periodistas bien formados, puedan realmente ser pieza clave en informar VERAZMENTE a los tomadores de decisión.
13 January 2017
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment