El glifosato es un herbicida de amplio espectro, utilizado en la agricultura convencional desde hace 40 años (antes de la liberación comercial de los OGM que sucedió sólo hace 20 años), debido a que es una molécula simple, biodegradable y con una vida promedio de 16 días, por lo que no produce problemas secundarios de contaminación o acumulación.
Es comercialmente conocido como RoundUp, sin embargo desde el 2000 la patente expiró por lo que es producido en distintos países y vendido bajo distintos nombres. De hecho 140 países lo utilizan. Los productores lo prefieren por ser un herbicida amigable (clase IV - etiqueta verde) que ha permitido reducir en gran cantidad de herbicidas más tóxicos usados en agricultura (clase II y III).
Este compuesto inhibe una sustancia que sólo está presente en las plantas por lo que no afecta a humanos o animales. El 2016 el Comité Conjunto de Residuos de Plaguicidas de la OMS y FAO emitió un nuevo informe, recordando que este herbicida de etiqueta verde no provoca cáncer, ni cambios en el material genético humano. Por si no fuera suficiente, el glifosato cuenta con más de 800 publicaciones científicas y ha sido evaluado en invertebrados, peces, anfibios, aves y mamíferos, además de estudios de riesgo ambiental y otros relacionados con la salud humana.
Su aplicación se realiza de manera que el ingrediente activo queda diluido en una buena cantidad de agua. Generalmente el producto es comercializado en una concentración de 356 gramos por litro de agua. Para fumigar una hectárea, las instrucciones indican usar una cantidad de esta dilución que no pase los 6 litros. En el campo, usted puede comprobar que la cantidad final del ingrediente activo, que es aplicada es muy reducida.
En los estudios de toxicología, se ha determinado que hay sustancias mucho más tóxicas que el glifosato y que consumimos de manera regular. Tal es el caso de la cafeína o el paracetamol. Sin embargo nadie ingiere 10 pastillas de paracetamol o se inyecta 10 tazas de café al día, de la misma manera que un agricultor no aplica mayor cantidad de glifosato a su cultivo.
El conflicto
Los grupos activistas contrarios al uso de cultivos genéticamente modificados, y tras una manipulación cuidadosa por parte de documentales y oradores (que no son productores) como Vandana Shiva o el pseudo-científicos, que manipulan el estudio científico, de manera que inician con la conclusión y luego fuerzan la metodología y lectura de resultados para poder contar un cuento que se ajuste a sus deseos e intereses.
Los casos que siempre citarán de ejemplo incluyen:
- Estudio realizado por el Dr. Andrés Carrasco de Argentina que indica que el glifosato causa malformaciones en embriones de ranas y pollos. La exposición directa para ranas sería a través del agua y para gallinas gestantes a través de su alimento. Sin embargo el estudio consistió en aplicar directamente la sustancia a los embriones de ambos animales, algo que en los protocolos y metodologías para el estudio de toxicidad NO ES válido ya que es un caso alejado de la realidad.
- Estudio por la Dra. Senef (que no es toxicóloga o epidemióloga), que relaciona el glifosato con el autismo, obesidad, parkinson, depresión y cualquier otra dolencia que se le pueda cruzar por la cabeza. Las conclusiones son obtenidas por pura observación de correlaciones, que carecen de valor estadístico y objetividad. Si aplicamos esta misma metodología podríamos también concluir que el autismo está “relacionado” con la alimentación de productos orgánicos, o que el divorcio en el estado de Maine (Estados Unidos) está directamente relacionado con el incremento en el consumo de margarina.
- Estudios del grupo Seralini y la industria homeopática Sevene, realizados desde el 2012. El primer estudio de este grupo de “científicos” fue el que dió a conocer las fotos que hasta hoy escandalizan a aquellos que ignoran la verdad del asunto. Cabe recordar que los ratones utilizados en el estudio, eran de una cepa que por más que hubieran recibido la alimentación más saludable, estos habrían desarrollado tumores sí o sí. Y es que esta cepa de ratones son utilizados para el estudio del cáncer. El estudio presenta otros errores metodológicos más, que son arrastrados a otra publicación realizada el 2015 y más reciente que incluso trata de camuflar los mismos errores con el uso de técnicas ómicas. Quizás nadie se hubiera dado cuenta, sin embargo en esta nueva publicación, se utiliza la misma imagen que usaron en la publicación del 2015, sólo que ahora los ratones cambiaron de sexo ¿milagrosamente?
- Generación de resistencia o super hierbas. Las malas hierbas se adaptan desde mucho antes del uso del glifosato y son la plaga que el productor debe combatir si quiere tener una producción aceptable. La mejor manera para reducir la generación de resistencia es precisamente con la rotación de herbicidas, de manera que una buena práctica, implica el uso de al menos 2 o 5 productos diferentes a lo largo de un periodo de 5 a 10 años. Es por eso que los productores pequeños, medianos y grandes en el oriente Boliviano, piden que pueda utilizarse otros eventos de soja resistente a otro herbicida, para tener esta rotación y evitar la generación de resistencia.
La lista continúa y usted puede revisar las publicaciones de pseudo-ciencia acá (en español) o algunas más antiguas acá (en inglés)
El verdadero problema
Luego de haber estado en el lado de personas que rechazan los “transgénicos”, debo reconocer que mi formación en el área científica me dió un golpe duro, al confrontarme con científicos y muchos más estudios que nunca revisé simplemente por desidia o porque pensé que la desinformación que tenía era suficiente. Principalmente mi área de estudio era la conservación de la biodiversidad, pero al tomar interés por los parientes silvestres de cultivo, tuve que revisar mucha información sobre este tema.
DESINFORMACIÓN
Ese es el verdadero problema, ya que tenemos a charlatanes, documentalistas, y algunos científicos de otras disciplinas que hablan sin conocer sobre agricultura, fitomejoramiento, fitopatología, toxicología, epidemiología y genética. Sólo cuando pude consultar con diversos científicos de estas disciplinas, revisar la literatura científica y sobre todo conversar y trabajar al lado de productores, es que me pude convencer de que yo había fallado a mi formación científica, al creerme todos los mitos y leyendas que giran en torno a este tema.
Con esto no pretendo indicar que el glifosato es la solución a todos los problemas para la producción de alimentos. El producir una hectárea de alimentos, sobre todo en ecosistemas tropicales, es un proceso complejo que implica un buen manejo del suelo, reducción de la labranza, rotación de cultivos, mejores semillas, riego, infraestructura, mercados, seguro agrícola y otros que garanticen que los alimentos que comemos sean libres de riesgo a nuestra salud.
Pero si somos espectadores pasivos, urbanos, fácilmente caemos en esta manipulación de la información. Es tiempo de que Bolivia pueda fomentar la ciencia y la innovación, sobre todo para el sector agrícola, de manera que podamos evitar importar tantos alimentos como hicimos durante el 2016. Finalmente, recordar que Bolivia tiene un gran potencial, pero si estamos empecinados en realizar agricultura como si fuera 1850, lamentablemente no tendremos buenos resultados.
Algunas ventajas del uso de herbicidas a nivel global (elaboración propia).
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